Estamos a las puertas de la semana santa por lo que he estado reflexionando acerca de cómo debemos prepararnos para vivirla, qué debemos hacer para hacer de esta celebración un momento de encuentro con Dios, pero mas que ello para morir a tantas cosas que nos hacen infelices y de las que somos esclavos, porque muchas veces llevamos cargas muy pesadas sobre los hombros o pensamos que nuestra felicidad depende de otros o de aspectos externos a nosotros mismos.
Cristo vivió como hombre aún siendo Dios, sin embargo no fue un hombre cualquiera, su alma hasta el final de su vida terrenal estuvo intacta, su amor hacia la humanidad es infinito. Nos invitó a soltar nuestra carga y tomar la de El que es ligera. Soltar el rencor, la envidia, los juzgamientos, la avaricia, etc y llevar consigo solo el amor y entregarlos en igual medida a los demás.
Hoy quiero invitar a mis lectores a hacer un momento de reflexión, a amarnos a nosotros mismos y amar a los demás, aún si son nuestros enemigos. De seguro que andaremos por ahí mas ligeros y mas contentos y descubriremos la misericordia de Dios en una simple sonrisa o en un abrazo compartido, en ayudar al que sufre , en entregar amor. No es fácil soltar la carga, porque somos humanos y nos cuesta, pero cuando hay cambios en nuestro interior descubriremos que existen nuevas realidades y formas para hacer las cosas de una manera diferente.
Bisous
Adri Marti
Fotografía www.stocksnap.com