Los atletas que se ejercitan y los trabajadores de ambientes externos que hacen trabajo extenuante como los trabajadores de la construcción, también tienen una mayor susceptibilidad de presentar reacciones por calor, generalmente porque hay más riesgo de deshidratación. El calor y el ejercicio extenuante favorece la deshidratación por la pérdida de líquido a través del sudor y por la liberación de calor de los músculos, si además el ambiente es muy húmedo, la capacidad de sudar disminuye, por tanto habrá menos posibilidad del cuerpo de liberarse del exceso de calor para regular la temperatura corporal.
En cuanto a los niños, también pueden ser más susceptibles, principalmente los lactantes por la incapacidad espontánea de locomoción, es decir de cambiar espontáneamente de ambientes calurosos a más frescos.
Los calambres por calor son la forma más leve y temprana en respuesta al calor excesivo. Se trata de espasmos musculares a nivel de las extremidades y/o la pared muscular del abdomen que suele afectar en mayor medida a las personas jóvenes. Generalmente no están acompañados de aumento de la temperatura corporal. El manejo consiste en tomar un vaso de agua fría cada 15 minutos hasta que la persona se sienta mejor.[1]También trasladarse a un ambiente menos caluroso como la sombra.
El agotamiento por calor, se caracteriza por debilidad, cansancio, fatiga y dolor de cabeza más frecuente en jóvenes después del ejercicio extenuante o adultos mayores. La temperatura corporal suele ser menor a 38 grados centígrados.[2] El manejo debe hacerse en un servicio médico. Las medidas iniciales incluyen colocar a la persona en un ambiente fresco y ofrece un vaso con agua cada 15 minutos hasta que se sienta mejor.[3]
El golpe de calor es la forma más grave de las reacciones por calor, consistente en temperatura corporal superior a 40 grados centígrados y alteraciones del sistema nervioso como confusión y convulsiones que puede empeorar a coma y shock con falla de órganos. En estos casos se debe llamar a la línea de emergencia inmediatamente ya que la fiebre alta puede poner en riesgo la vida. Las primeras medidas consisten en enfriar a la persona lo más pronto posible desplazándola a un lugar fresco. Se puede rociar o humedecer la piel con agua a una temperatura de 15 grados centígrados y abanicarla vigorosamente.[4] En estos casos está contraindicado dar de beber al enfermo principalmente si está alterado el estado de conciencia. El traslado a un servicio de urgencia debe hacerse lo más pronto posible para que se le suministre ayuda especializada.
Existen algunas medidas para prevenir las reacciones por calor, dentro de las cuales se mencionan[5]:
- Tomar suficiente agua mientras se esté ejercitando o trabajando en un ambiente caluroso, aún si no se tiene sed, la ingesta de agua debe ser adecuada.
- Hacer descansos cada 25 minutos de 5 minutos en la sombra cuando se esté trabajando o ejercitando de manera extenuante en un ambiente caliente.
- Usar ropa ligera y de colores claros principalmente si la temperatura ambiental es superior a 32 grados centígrados.
- Evitar la exposición del sol entre las 9 am y 4 pm.
- Se recomienda que las sesiones de ejercicio sean más cortas y menos vigorosas cuando la temperatura ambiente supera los 28 grados centígrados, sobre todo si la humedad es alta.
- Evitar el uso de tinas calientes o saunas en ambientes calurosos.
- En caso de niños, protegerlos de la fiebre alta, pero evitar cubrirlos con una cobija o demasiada ropa.
- No dejar niños solos en un carro estacionado.
- Usar bloqueador solar, sombrero y ropa ligera en caso de exposición solar.
XOXO
[1] BARTON, Schmitt. American Academy of Pediatrics. Ireland. Pedaitric Advisor. 2018. P.2.
[2] PIÑERO SANDE, N et al. Golpe de calor.En: Emergencias.Vol.16. (fall 2004).p.117.
[3] BARTON, Schmitt. American Academy of Pediatrics. Ireland. Pedaitric Advisor. 2018. P.1.
[4] PIÑERO SANDE, N et al. Golpe de calor.En: Emergencias.Vol.16. (fall 2004).p.123.
[5] BARTON, Schmitt. American Academy of Pediatrics. Ireland. Pediatric Advisor. 2018. P.1.
BIBLIOGRAFÍA
BARTON, Schmitt. American Academy of Pediatrics. Ireland. Pedaitric Advisor. 2018. P.1-2.
PIÑERO SANDE, N et al. Golpe de calor.En: Emergencias.Vol.16. (fall 2004).p.116-125.
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